Durante estos días de trabajo, te preguntas con resignación: ¿podremos acabar esto o no tendremos las fuerzas necesarias? Entonces, inspiras aire y te animas a ti mismo: "venga que ya estamos en la mitad". No son momentos de venirte abajo. Trabajas con un equipo de personas que lo está dando todo. Ellos te necesitan a ti y tú les necesitas a ellos.
Las primeras horas del segundo fin de semana resultarían entretenidas para todos. Transformar el suelo de una sala en el fondo del mar. Para ello, nos trasladamos a una nave industrial que nos prestaron amablemente el pintor canario Andrés Delgado y Heidi Medina. Un plano completamente cenital recogería las imágenes del suelo. Una cámara anclada a las vigas del techo no se movería en ningún momento hasta finalizar el plano. Duración aproximada 24 horas. Ya sabéis, fotografía a fotografía moviendo todos los elementos, desde peces y demás animales marinos, hasta algas y cuerpo entero de la actriz, cabello y ojos. Erkuden tumbada en el suelo y, desplazándose ligeramente realizando una especie de baile sutil, simularía nadar en el fondo de las aguas. Una tela de color azul y de una extensión de 30 m2 cubría todo el plano. Debajo de esta tela diversas mantas para que nuestra actriz no se congelase. El suelo, de baldosa, transpiraba un frío helador. Y unido a la baja temperatura que ya hacía en la sala podría darle un síncope. Estuvo rodeada de estufas, aunque creo que no las suficientes por el color amoratado que iba tomando su piel y las palabras que nos dedicó al finalizar el rodaje.
El director, en todo momento, estuvo subido en un andamio desde donde veía la acción acompañado de su monitor. Cada persona estaba encargada de mover un objeto.
David Ibernia (gaditano que vino desde su tierra para trabajar con nosotros), coordinador de Stop motion, fue el encargado de conseguir un movimiento creíble con un ritmo adecuado de todos los elementos marinos y de la protagonista.
Los descansos eran fundamentales para el equipo, pero sobre todo para Erkuden, ya que sus extremidades quedaban entumecidas por el frío. Por eso, antes de moverse, se le hacían fotos y se marcaba en el suelo con cinta la posición en la que había quedado y, así, poder volver a la situación anterior una vez repuestas las fuerzas.
Decía Luis Buñuel en su obra Mi último suspiro: "Me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba". Yo me conformaría con eso pero añadiría algo más: poder realizar un cortometraje (por muy cortito que sea) y que lo pudiesen ver mi familia y mis amigos. Para todos vosotros.
Director: Pedro Estepa Menéndez
Ayudante de dirección: Juan Manuel Blanco
Director de Fotografía y Operador de Cámara: Pablo Javier Gómez
Ayudante de cámara y Maquinista: César Maderal
Eléctricos: Antonio Caravaca, Félix Rodríguez y Raúl Mangas.
Dirección de Arte: Mireia Clavero
Ayudantes de Arte: Gabriela Ovando, Fran Asensio y David Ibernia, Encarnación Estepa.
Jefa de Producción: Teresa Pellicer
Ayudantes de producción: Tania Moreda, María Luisa Menéndez, Javier Estepa, Rafael Domínguez, Juan Manuel Blanco y Pedro Estepa Menéndez.
Experto en Stop Motion: David Ibernia
Edición: Álvaro Vicario
Música Original: Jesús Gutiérrez, David García-Salmones
Reparto: Erkuden de Andrés
Guión: Mireia Clavero, Juan Manuel Blanco
Agradecimientos: Frank Smith, Sonia Bernardini, Andrés Delgado, Heidi Medina.